Lic. Artemisa de la Rosa Ruiz.
Posgrado Facultad de Ciencias Políticas y Sociales. (UNAM)
(FCPyS/IIS/CISAN/CRIM)
Titulo: Riesgos Globales y movilizaciones sociales: Un escenario Tendencial.
Este análisis tiene como objetivo realizar una caracterización de algunas de las problemáticas globales y su repercusión en materia de medio ambiente a nivel mundial, de tal manera, que permita ser un punto de partida para el análisis y la reflexión de los temas a tratar, se divide en tres partes fundamentales la primera parte intenta poner en evidencia la importancia de la problemática medio ambiente y su relación con la vida del hombre, especialmente en las últimas décadas, evidenciando la necesidad de la cooperación internacional en la materia, en un segunda parte se analiza la problemática del desarrollo sustentable, así como la tendencia mundial en la materia
En este sentido me gustaría comenzar por realizar un breve comentario que nos permita situar la gravedad de la problemática ambiental en estricto sentido humano, el cual considero parte fundamental del pensamiento que he venido realizando y el cual a guiado mi investigación.
Si bien es cierto que el desarrollo humano requiere del progreso técnico y tecnológico, el cual entre muchos de sus avances ha posibilitado en la mayor parte del mundo un mejoría considerable de las condiciones de vida, es decir, ha posibilitado el desarrollo de industrias más eficientes en términos productivos, un aumento en la expectativa de vida de la población como consecuencia del desarrollo de medicamentos y técnicas avanzadas de tratamiento de enfermedades mortales, lo cual a reducido considerablemente las tasas de mortandad y el aumento de las tasas de natalidad, el desarrollo de las telecomunicaciones y las comunicaciones en general, permitiendo un acercamiento si precedentes a nivel global de países antes distantes, estos son sólo algunos de los ejemplos que el desarrollo técnico y tecnológico ha tenido.
Sin embargo, también este desarrollo ha comenzado a mostrar los riegos que trae consigo probablemente los menos evidentes a la fecha, y sin embargo, que serán en un futuro no muy lejano un punto importante de discusión en los foros nacionales e internacionales. Como lo es hoy día el calentamiento global, producto del uso intensivo de materiales contaminantes en las industrias, la tala ilegal de maderas en bosques, el crecimiento poblacional desigual situado en zonas de pobreza extrema y por consiguiente un nuevo patrón migratorio, desarrollo de nuevas enfermedades letales como el síndrome de neumonía atípica capaz de infectar a poblaciones distantes, pero con un flujo considerable entre las mismas (China y Canadá)
En este sentido, ¿Qué papel juega el medio ambiente en todo el proceso? ¿Por qué relacionarla con el desarrollo técnico tecnológico?, o bien ¿Por qué considerarla como parte fundamental dentro de los riegos globales? Debido al tiempo que se tiene me abocare a desarrollar tres de los riegos globales que considero más importantes y que se perfilan como consecuencias directas del desarrollo técnico tecnológico y el abasto a nivel internacional de los recursos naturales.
El primero de ellos es el problema del agua dulce, me refiero en este apartado al agua dulce por ser la más utilizada para el consumo humano, en la antigüedad el agua era una preocupación para el establecimiento de las poblaciones la mayoría de las grandes civilizaciones crecieron y se desarrollaron en base a una cuantificación simple del recurso, que significa esto, buscaron establecer sus ciudades cerca de grandes ríos o mantos acuíferos capaces de proporcionarles el liquido, donde su consumo en términos poblacionales era mínimo. En la actualidad muchas de esas grandes ciudades existen, tal es el caso de la Ciudad de México, que desde su fundación como Tenochtitlán, se situó en una zona plena de mantos acuíferos que poco a poco fueron secados, por medio de construcción de rellenos para dar espacio a la población existente, misma que a la llegada de los españoles se cuantificó en un millón de personas, como lo señala en su texto López Portilla.
Sin embargo, el problema es que nunca se dio un planificación adecuada y la hoy día Ciudad de México, sin un manto acuífero existente y con una población que supera a los 11 millones de habitantes, según el censo del año 2000, no puede abastecer a la población de liquido, sin perjudicar a otros Estados aledaños, mismos que a su vez requieren agua para su propia supervivencia, esto en términos de población.
Ahora bien la mayoría de las grandes ciudades, se constituyeron como centros industriales, es a partir del siglo XVII, que podemos situar las primeras migraciones masivas del campo a las ciudades: Paris, Londres, Frankfurt crecieron gracias a las industrias entonces florecientes de textiles y posteriormente de manufacturas, muchas de ellas requerían del agua para sus procesos, hasta la fecha muchas industrias consideran el agua como parte fundamental de sus procesos productivos, y si bien a la fecha muchas de ellas la utilizan de forma eficiente y hay una eficiencia relativa de los desperdicios, ello no implica pero se que la contaminación que generan se reduzca de forma considerable, en el caso de México, los desperdicios en materia de aguas negras e industriales, han sido procesadas para su posterior uso en el riego de hortalizas de consumo humano, que por ende “no” son de calidad de exportación, pero que irónicamente son utilizadas para el consumo nacional, acarreando enfermedades a la población, sin razón aparente.
Ahora si esta problemática la traspasamos al ámbito internacional, tenemos que las reservas mundiales de agua se encuentran en situaciones similares y en otras en un estado de preocupación considerable constituyéndose como un riesgo global.
Si a lo anterior le aunamos el hecho de que varias de las fronteras naturales entre estados son por lo general o bien cadenas montañosas o bien ríos cuya explotación en algunos de los casos esta regida por medio de uno o varios acuerdos, como es el caso del acuerdo de explotación del Río Bravo entre México y Estados Unidos, el cual durante el año 2001, genero un conflicto entre los granjeros norteamericanos y los industriales mexicanos fronterizos por el paso de la cantidad de agua que se consumió en ambos países. Y que por el momento se señalo que la culpa de la escasez del líquido no obedecía a causa humana, sino a una sequía general, tiene el potencial de constituirse como un nuevo factor de controversia en las complejas relaciones de México con Estados Unidos.
De la misma forma en un futuro veremos más problemas de este tipo y una búsqueda de resolución ya sea, en el mejor de los casos pacifica o bien por medio de guerras debido a la falta de cuidado que en la actualidad se da al uso del agua y de sus desperdicios.
El segundo de los riesgos que me parece merecen ser tratados y seguramente el más importante es el crecimiento poblacional desigual. Me refiero a desigual porque mientras en los países desarrollados el crecimiento poblacional es mínimo, no lo es así su tasa de mortandad, mientras que en los países menos desarrollados o subdesarrollados las tasas de nacimiento continúan creciendo las tasas de mortandad se han reducido, generando por ende una necesidad cada vez mayor de recursos, tanto naturales como industrializados.
Como se señalo anteriormente el aumento de la población en la Cuidad de México trajo consigo la necesidad de buscar recursos para abastecer a su población de agua, pero no sólo ha sido del agua sino de todos los recursos necesarios: luz, gas, alimentos, vivienda, entre otros. Ello ha repercutido en la existencia de zonas boscosas que eran el pulmón de la Ciudad, ha generado problemas por falta de espacio, de conglomeraciones, de basura, de contaminación y por ende de una mala calidad de vida, que se refleja en problemas de salud y seguridad pública.
En el ámbito internacional el problema de las migraciones del campo a la ciudad, parecería en un primera instancia un problema del ámbito nacional que nada afectaría en teoría las relaciones internacionales. Sin embargo, bajo la siguiente lógica que además constituye ya una práctica, un problema local se hace cada vez más un riesgo global. Así, la migración que se genera no sólo constituye en problema para los países poco desarrollados o subdesarrollados para abastecer a su población de recursos. Porque en la mayoría de los casos el país subdesarrollado esta consiente de que no puede abastecer a su población de las necesidades básicas, y entonces se convierte en un problema para los países desarrollados que son blanco para las migraciones, mismas que obedecen a nuevos patrones, mientras el migrante tenía la esperanza de algún día regresar a su lugar de origen, hoy el migrante que logra establecerse en un país desarrollado, difícilmente regresa a sus lugares de origen, así por ejemplo, una Ciudad como Paris, que no se encuentra lejana a padecer problemas de abasto de recursos para su población, como cualquier metrópolis, tiene además que resolver los problemas que las migraciones masivas de Marroquíes le generan: delincuencia, prostitución, contaminación y pobreza.
El problema que las migraciones generan fortalecen los nacionalismos exacerbados que por lo general se constituyen en conflictos entre las partes afectadas, mientras los parisienses tienen derecho a ser protegidos por sus gobernantes, también los marroquíes tiene derechos humanos que justifican su presencia, de tal manera, que si se piensa en los riesgos globales, la sobrepoblación requiere ser analizada y discutida en todos los foros internacionales, ya que desde mi punto de vista constituye el punto de partida a muchos de los problemas actuales y futuros.
Un riesgo global aun no cuantificado y ciertamente poco analizado, y que se deriva directamente del desarrollo técnico-tecnológico como ningún otro, es sin duda, la investigación genética, si bien a primera instancia, la investigación genética presenta su mejor cara, como una promesa por encontrar la cura de enfermedades devastadoras para el ser humano, como el cáncer, el sida y una infinidad de enfermedades degenerativas hasta la fecha sin una cura; también presenta nuevos riesgos para la salud que no han sido aún estudiados, y que sin embargo, ya son aplicados para la producción de muchos alimentos que consumimos, tal es el caso de los llamados transgénicos, que si bien en sus formas más simples no constituyen ningún peligro para la salud humana, que ha consumido desde hace varios cientos de años alimentos híbridos, en la actualidad la hibridación a dado paso a formas que rebasa la capacidad humana en la búsqueda de nuevos productos que satisfagan las necesidades “creadas”, por cierto, de alimento chatarra. Endulzantes, colorantes artificiales con un alto contenido de plomo, grandes cantidades de pesticidas, alteración genética en aves principalmente.
En este contexto paso a la segunda parte, en primer lugar me parece conveniente analizar como definimos desarrollo.
Por desarrollo se entiende el proceso de transformación de la sociedad y se caracteriza por una expansión de la capacidad productiva de cada trabajador, ello por sí implicaría, el aumento de los ingresos por persona, lo cual en un plazo determinado implicaría un cambio en la estructura de clases sociales, grupos y en la organización social, misma que tendería a la disminución de las diferencias entre ricos y pobres, por una sociedad más equitativa. Tomando en cuenta una considerable mejoría en los cultural y de valores que se reflejaría en la estructura de poder, es decir, conllevaría por ende a la elevación de los niveles de vida de la población. En este sentido, es como se entiende a la modernidad desde el punto de vista económico neoclásico, donde un desarrollo, quedaría entendido como un medio o un modelo a seguir para lograr una forma avanzada de organización social
El trabajo humano y el capital eran los factores que determinaban el proceso económico.[1]Desde los primeros economistas y ya en la década de 1960 la aplicación de la economía neoclásica partía del supuesto de que la naturaleza ofrecía una oferta “ilimitada” de recursos naturales, es decir de materias primas, energéticos, agua, suelo, aire; mismos que podían ser utilizados indiscriminadamente para el beneficio humano. Para la teórica clásica la naturaleza era útil, pero no se tomo en cuenta la generación de desechos como un asunto de importancia más allá de la incomodidad de la contaminación en sus diferentes formas. Por lo menos eso es lo que se señala en la concepción neoclásica de la economía, misma que no toma en cuenta el ambiente y los recursos naturales nada representaban en dicha concepción.
Para la década de 1970, el encarecimiento del petróleo y el agotamiento de grandes superficies del suelo agrícola en todo el mundo, especialmente en la Llanura americana que impacto la producción y precio de algunos cereales como el trigo, debido al uso de insecticidas en los cultivos, mismos que no sólo en el plano económico empezaron a hacerse evidentes, sino en el social, daños a la salud por parte de los trabajadores agrícolas y a la fauna silvestre. En Inglaterra y algunas otras metrópolis los efectos invernadero originados por el uso excesivo productos tóxicos liberados al aire por parte de las fábricas y automóviles, comienzan a llamar la atención de algunos de la necesidad de considerar al asunto ambiental como parte fundamental de la economía.
El medio ambiente comprende el ambiente biofísico natural y sus sucesivas transformaciones humanas, es decir, implica la intervención del hombre para su provecho o no y como parte esencial de su existencia misma. Trátese de la energía solar, aire, agua, tierra, flora fauna, minerales y espacio (incluye toda superficie disponible para la actividad humana); De este entender del medio ambiente se deduce que todo desarrollo simple, planeado o sustentable depende de un mayor o menor grado del medio que lo rodea, y viceversa.
A finales de 1970 y principios de 1980, bajo la forma de planificadores ven la necesidad de tener un control de los daños y su corrección, en este sentido, surgen alrededor del mundo una serie de comisiones y leyes ambientales que legislan sobre los elementos del medio ambiente para poder ser tomados en cuenta en los costos de producción de mercancías, pero aún fuera de la economía, atendiendo el daño pero no produciendo procedimientos que mejoren las acciones económicas pera el desarrollo proponiendo alternativas[2].
En el año de 1972 las Naciones Unidas convocaron a la Conferencia sobre el Ambiente Humano en Estocolmo, sus resultados impulsaron una serie de eventos internacionales sobre los problemas ambientales globales que condujeron a la creación del PNUMA (Programa de Naciones Unidas sobre Medio Ambiente). Es para la década de 1980 cuando los recursos naturales ahora llamados globales se convierten en una preocupación internacional, la discusión sobre medio ambiente continuó ampliándose, a tal punto que fue necesario efectuar una investigación sobre la gravedad de este problema, y cuya responsabilidad recayó en la Comisión Mundial sobre el Desarrollo Ambiental. Su informe Nuestro Futuro Común mejor conocido como informe Brundtland llevó a tomar acciones políticas decisivas en torno al crecimiento económico, el desarrollo y el ambiente.
Dicho informe puso en evidencia la relación que existe entre el ambiente y el desarrollo al expresar que “las necesidades y aspiraciones de hoy podrían conciliarse con las del mañana siempre que se produjeran cambios fundamentales en la forma como las naciones manejan la economía mundial... el desarrollo ha producido un mundo con nuevas realidades, realidades que todavía no se reflejan en el comportamiento humano, económico, político o institucional de los gobiernos.” Esto implica, que se debe de pensar con más seriedad en reestructurar la actual economía para darle sentido real a un desarrollo ambientalmente concebido y sustentable.
A partir de la década de 1980 la perspectiva de administrar los recursos globales se convierte en una preocupación internacional, de hay el cambio de recursos naturales de los Estados como particulares y propios a un territorio determinado, comienzan a ser concebidos como recursos globales, donde la lógica queda entendida que una afectación o una perdida no sólo es problema del Estado emisor, porque finalmente determinar quién es el Estado emisor parece imposible de calcular con exactitud, pero se sabe que los daños afectan a todos los demás países, y por lo tanto se comienza a hablar de responsabilidad general. El informe Brundtland en 1987, junto con los informes anuales del Instituto de Observación Mundial llamados El Estado del Mundo, y el informe bianual sobre Recursos Mundiales del instituto del mismo nombre, reflejan esta preocupación, haciendo un recuento de los avances y retrocesos en materia medioambiental, sobre todo sobre la administración de los mismos, las aplicación de políticas, estrategias de inversión y los resultados.
Sin embargo, y como queda evidente en el párrafo anterior continua tratándose a la ecología como la economía neoclásica, es decir, los recursos naturales ingresan a la contabilidad y al cuidado de las existencias, en este sentido, se incluye al capital t recursos biofísicos (naturales) humanos, infraestructurales y monetarios, en los cálculos de las cuentas nacionales, de la productividad y en las políticas de desarrollo y en la planeación de inversiones. Es por esta razón que el crecimiento económico continua siendo más importante que la protección al medio ambiente, que parece quedar sólo como una restricción necesaria para el “crecimiento verde”.
El desarrollo sustentable es un concepto propuesto por la Comisión Brundtland de las Naciones Unidas, (ONU) y supone reencaminar los esfuerzos de crecimiento y desarrollo hacia un proceso que permita “legar” a las generaciones venideras, de manera equitativa y con pleno respecto de medio ambiente, el mismo acceso a los recursos naturales y la misma oportunidad de mejor calidad de vida que ha disfrutado hasta ahora la humanidad.
La economía mundial había transitado por lo menos en dos etapas de fuertes crecimientos y de incorporación de tecnologías en los procesos productivos como lo señala el Dr. Marcos Kaplan[3] a través de las dos revoluciones industriales, los países que lograron adaptarse e introducir los cambios a sus modelos de producción fueron los más beneficiados, principalmente Inglaterra. Sin embargo, estos cambios que se generaron de una manera rápida y constante hasta nuestros días, también creo grandes desigualdades entre los países donde sólo unos pocos han logrado alcanzar elevados niveles de vida. Más aún estos adelantos se han obtenido con un uso indiscriminado de los recursos naturales, entre ellos los energéticos, los bosques, el agua y los suelos, con crecientes depredaciones y con contaminaciones peligrosas y tóxicas ya irreversibles, que ponen en peligro la salud y por último la sobrevivencia de la especie humana.
La actividad económica, en sus diversas formas en el planeta, ha generado contaminaciones de suelos, agua y la atmósfera, en el tiempo que se realizó el informe Brundtland se comenzó a analizar el efecto de los combustibles de origen fósil (los hidrocarburos) donde se les señala como los principales responsables del efecto invernadero, que esta originando un calentamiento de la atmósfera y que tendrá incalculables consecuencias en los regímenes climáticos y oceánicos. Aunado a un crecimiento poblacional mundial donde la ecuación población/ambiente se vera gravemente fracturada. Un ejemplo del crecimiento poblacional de México en la actualidad según datos de la CONAPO, ver cuadro 1. La población del país aumentaría de 100.6 millones de habitantes a mediados de 2000 a 106.4 en 2005, 111.6 en 2010, 127.2 en 2030 y 129.6 millones en 2050; y a partir del año 2045 comenzara a decaer debido al envejecimiento poblacional con una disminución de la taza de natalidad y el crecimiento de la taza de mortandad natural (vejez)[4].
Este conflicto fue materia de análisis de Roberto Malthus, quien señala que mientras los recursos de la naturaleza –a disposición del hombre- crecían en progresión aritmética, las necesidades de la población lo hacían a escala geométrica, lo que se generaba a mediano o largo plazo en un agotamiento, se traducía para la humanidad en una enorme miseria. Esta teoría mejor conocida como “pesimismo de Malthus”, en la década de 1970, no encontró apoyo alguno, principalmente porque el hombre a medida que gastaba un recurso lograba un avance tecnológico para crecer con la producción no tomaba en cuenta que sus recursos poco a poco se agotaban, así una teoría que paso a segundo plano, hoy nadie sería capaz de ponerla en duda.
La comisión encargada de realizar el informe señala que el desarrollo como se ha concebido hasta ahora, sobre todo a partir de la Revolución Industrial y después de la Segunda Guerra Mundial, no podrá ya sostenerse, el costo ambiental ha sido superior a los beneficios materiales.[5] De ahí que la idea de procurar la sustentabilidad del desarrollo con protección ambiental acentuada, con economía de recursos y con reorientación de la producción en función de procesos y productos que no deterioren o destruyan el medio ambiente se convirtió por primera vez en una prioridad. A media que el concepto de desarrollo sustentable se ha ido definiendo y precisando a nivel global, mundial, regional, nacional y local, se ha hecho urgente no sólo corregir el daño ya hecho, sino prevenir y evitar que el daño sea hecho en cualquier parte del mundo.
En el documento “Cuidar la Tierra: una estrategia para el futuro de la vida”, publicado en 1991 por la Unión Internacional para el cuidado de la Naturaleza del PNUMA Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente y el Fondo Mundial para la Vida Silvestre, a la expresión de desarrollo sustentable se le da el siguiente significado: “mejorar la calidad de vida humana sin rebasar la capacidad de carga de los ecosistemas que la sustentan.”
Sin embargo, hasta ahora se ha visto como se ha evolucionado el concepto de desarrollo sustentable y cuales han sido los cambios en la percepción de la economía neoclásica de la naturaleza como susceptible de ser explotada a poner limites a dicha explotación, o hasta de corrección de daños a prevención de los mismos, pero llegar a realizar todo lo que el desarrollo sustentable plantea no ha sido tarea fácil.
Para concluir me gustaría hacer una última reflexión; vivimos en tiempos difíciles, de grandes promesas, riesgos y enorme complejidad. Los acontecimientos económicos, políticos, sociales, culturales y jurídicos provocan profundos cambios en las relaciones internacionales, nacionales y locales. No podemos adivinar cual es nuestro futuro sin embargo si queremos diseñar un futuro para las próximas generaciones. Los esfuerzos no deberán limitarse a los esfuerzos de unos cuantos, más aún no deberá limitarse a lo Estados como entes aisladas, corresponde al trabajo conjunto del mundo, prever las “acciones” necesarias para detener la continua degradación ambiental del planeta, sin ningún limite.
El uso indebido de los recursos, los planes de desarrollo copiados y no realizados ex profeso, con ello me refiero a los no planificados o no respetados, el crecimiento demográfico desmedido y esencialmente el cambio de la relación del hombre con la naturaleza son los principales responsables del daño ecológico. Todo ello en aras del desarrollo sustentable entendido como aquel que privilegia el desarrollo económico
Debemos recordar que el hombre y la mujer son elementos de la naturaleza no son parte excluida de la misma y al poner en riesgo su supervivencia ponemos en riesgo la supervivencia de nosotros mismos.
UNAM (Posgrado) en Ciencias Políticas y Sociales.
México 11 de Diciembre de 2003.
Extracto de la Ponencia presentada en el Congreso XVII de la Asociación de Relaciones Internacionales (AMEI) en Huatulco México
[1] SMITH, Adam. La Riqueza de las Naciones.
[2] CHÁVEZ Carmona Arturo. ¿Hacía un desarrollo Sustentable? www.ecología.com.mx.
[3] KAPLAN Marcos, Estado y Globalización. UNAM Instituto de Investigaciones Jurídicas, México, 2002, pp. 150-203.
[4] CONAPO. Proyecciones de la Población de México, 2000-2050, Consejo Nacional de Población, México, 2002.
www.conapo.gob.mx
[5] H, Daly. World Commission on Enviornment and Development, Our Common Future, Oxford University Press, Nueva York, 1987.