¿ Qué le parece...?

Pidiendo limosna a...
por Luis Puig

Lunes 7 de Mayo del 2007.-  Diógenes de Sínope (Sinope, ca. 412 a.C.Corinto, 323 a.C.) llamado también el Cínico, es el nombre del personaje mundialmente recordado por su tonel, donde vivía, y su lámpara, que usaba para buscar a un hombre al que nunca pudo encontrar. Quizá, igualmente, por su famoso diálogo con Alejandro Magno. Pero más allá de estos hechos, es un hombre que está lleno de curiosas anécdotas en las que imprimía su carácter y forma de vida sin mayores preocupaciones.

La gente de su pueblo acostumbraba hacer burla de él sin que esto le perturbara mayormente, teniendo una respuesta digna y oportuna para todo: lo mismo podían apalearlo por grosero, que acudir a él en busca de consejos más que prácticos para resolver algún problema.

En cierta ocasión se encontraba frente a una estatua en actitud mendicante y con la mano estirada con la palma hacia arriba. No faltó alguien que, intrigado, se acercó para preguntar: ¿qué haces? A lo que aquel contestó: ¡es obvio!...pido limosna. Pero... ¿acaso esperas que la estatua te la dé? Volvió a preguntar el, cada vez mas interesado, interlocutor. ¡No pido para que me den, sino para acostumbrarme a no recibir nada! Fue la terminante respuesta.

Yo vivo en Tulancingo por gusto, convicción, tranquilidad, cercanía a mi familia y amigos, pero también por un poco de atavismo (costumbre y comodidad social). En fin, vivo aquí aunque mi trabajo está en Pachuca. Esto me obliga a viajar diariamente hasta la ciudad capital.

El pasado diez de octubre (2006) fue cerrada la carretera Tulancingo–Pachuca por ampliación a cuatro carriles del tramo que va de Matías Rodríguez a Tizahuapan con la promesa de reabrirla en un mes como máximo. Mientras tanto, todos aquellos quienes, como yo, viajan a diario utilizando ésta vía, debíamos hacerlo por la carretera Tulancingo–Zempoala–Pachuca con el consabido incremento de kilometraje (20 Km.) y su consecuencia tanto en tiempo como en gasto de gasolina ($). Nada de esto importaba en un principio ya que el plazo ofrecido era relativamente corto y la obra nos compensaría a la larga. ¡aaah...! Sin embargo, antes del vencimiento (10 de noviembre 2006) vino un nuevo anuncio: la carretera sería re–abierta a principios de año. Ante lo ambiguo del término, se pidió fecha y la respuesta fue marzo, aunque después rectificaron y la fijaron en principios de abril, coincidiendo con el informe de gobierno. (Quizá para cumplir espectacular inauguración e incluirla en los 5600 Km. que se han realizado en dos años... ¡viva el progreso!). ¡En fin!: sin más, es la hora en que no se ha reabierto y no se ve para cuándo.

 

Por lo pronto somos muchos ya los que por necesidad y economía estamos usando esta carretera sin importar los tramos (cada vez menos) de terracería. Ojalá seamos más y más y, con este hecho, forzar a Obras Públicas a concluir de una vez por todas esta vía tan necesaria, si no es así, terminaremos como el cínico Diógenes, formados en interminables audiencias con inalcanzables funcionarios, pidiendo limosna de obras a quien no nos las quiere dar. Tan sólo para acostumbrarnos a no recibir. 

A usted... ¿qué le parece?

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