Acapulquito

Excalibur por José Manuel Toscana

La fiesta fue en Acapulquito, al atardecer, cuantiosa concurrencia, derroche de comida y bebida de la buena, invitados  de lujo como la güera Rodríguez Alcaine, los hijuelos de Salinas de Gortari.

A los novios  le dio por disfrazarse   con vestuarios amarillos, de aires hindúes, se veían totalmente fuera de lugar,  el novio simulaba un taco de nenepil mal rellenado, así como algunos del séquito que cayeron en la  misma cursilería;  ataviados los demás con guayaberas, minifaldas esplendidas propias del lugar y clima,  en esas  estábamos cuando aparece un personaje vestido con su tradicional trajecito azul marino y corbatita roja, sin faltar la sonrisita  de moñito; nadie lo podía creer: era una copia al carbón de nuestro Manuel Ángel, que se dio un tiempito para acompañar  a los contrayentes de las familias Reyes y Ochoa.
Todo quedó aclarado pues el doble de nuestro preciso  se llama  Miguel Ángel Muñoz (Reforma Club 14 de mayo, Pág.108)
Las maravillas de la modernidad permiten estos milagros de la omnipresencia  de los poderosos sumamente responsables, quienes  mientras chambean como negritos  en pro de sus vasallos, tienen quién los represente en cuanto sarao, tertulia, bodorrio se organice y así pueden repicar  y andar en la procesión, esa que lleva  a un solo afortunado a Los Pinos. ¡Aleluya! 

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Óscar Pacheco Medina, leyó en Hidalguía, mi solicitud para localizar de un libro escrito por  Rafael Pérez Palma, quién fuera Juez en Tulancingo, hace muchos años, donde narra sus experiencias de una  manera sumamente grata, amena, describiendo personaje, típicos locales, desde políticos fanfarrones, familias bien venidas a menos, eso si pretenciosas, abusivos y abusados, pícaros de pulquería, soldadesca, campesinos generosos e indios puros, que reflejan el ambiente provinciano, maravilloso, de aquellos años 30.
    Ahora el reto será  identificar a esos protagonistas de  los relatos magistrales, para lo cual buscaré memoriosos testigos de tales acontecimientos que fueron marcando a la sociedad tulancinguense, afortunadamente los hay y son narradores exquisitos así que disfrutaré  por partida doble  las "Memorias de un Juez  de pueblo"  Gracias *Oscar  Pacheco.

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    Fernando Pérez Rodríguez, cruza la frontera de la fantasía y avisa  que siempre sí, se hará la carretera entre Tulancingo y Pachuca, prometida  desde tiempo inmemorial, por incontables jorocones.
    También agarra el toro por los cuernos,  y pide el apoyo formal de sus colegas Diputados por Hidalgo, para seguir con el Proyecto Hidalgo, tan manoseado cuando existía la posibilidad de  levantar un súper campo aéreo  en los baldíos de Tizayuca, argumentado la urgencia de trabajo y mejoría en esa región devastada  por la terrible ofuscación y avidez desenfrenada de grillos estatales, desde tiempo inmemorial.
    Ambos planes de acción, por urgentes y necesarios son bienvenidos y "hágase el milagro, hágalo el diablo"

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    Hay planes de revivir las zona industrial de Irolo - así se llamaba antes de la invasión  de Mongo- en los años cincuenta.  Ahora la  onda es construir maquinas para los ferrocarriles en gran escala
    Pero ya consultaron los líderes locales?  Esos que tienen el monopolio de la  vida, extorsión y muerte de la comarca.
    Sin el visto bueno de los sátrapas, todo reventará, como ha sido desde tiempo inmemorial.

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    Algunos ya la hicieron antes de las elecciones en la vecina sierra poblana, sin que les importe quién gane quién pierda: Son los fotógrafos de las  estrellitas aspirantes  a los puestecitos con salario abundante, seguro, durante tres años.
    Son  innumerables los candidatos a lo que se ponga a tiro,  que mandaron hacer fotografías favorecedoras  de sus rostros, algunos francamente patibularios pese a los esfuerzos -sin éxito-  de los expertos, otros son muy  chistosos, ridículos.
    Los hay con bigotes  de cómico carpero, que ellos consideran "varoniles"  a semejanza  del  ajotado Ale Fernández, falso cantante de un falso folclor inexistente, otros simulan enjundia, reflexión, concentración, inmensa mamonería.
    Unos más, ponen su carita de luna llena, cachetones ellos, con la cabecita inclinada  coquetamente, cual artistita  muevebotes.
    Recomiendo a los lectores asiduos de  Hidalguía, guarden esos retratos contaminantes  de los que quieren ser y no serán; son  de colección.
    No se salva casi ninguno y,  menos, ninguna, pues ellas también cayeron en la vanidad de vanidades de poner su imagen en las ilusionistas artes de los geniales fotógrafos de toda mí admiración  y respeto.

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Caritas vemos, manitas usurpadoras conocemos.

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"Hidalgo con Ruiz Cortines"  con López Mateos, etc., cada seis años solo se cambiaba el nombre del nuevo Tlatoani nacional.
    Dejando atrás Tizayuca, antes  de llegar a Matilde, ya se podía leer el inmenso letrero pintado en uno de los cerros pelones que cobijan a Pachuca, con esa eterna leyenda, alguna vez equivocada pues el  irresponsable pintor  erró el nombre del favorito y por muchos meses a nadie le importó, nada cambiaría el destino  de la sufrida patria, en unas u otras manos rapaces.
    Además  el gasto ya se había hecho y no era cosa de tirar más lana en algo sin mayor relevancia.
    ¡Qué bonito país era el nuestro, cuando todos conocíamos el futuro!

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Por clavarse  alguna feria los pintores del monumental letrero, le ponían más agua  a la lechada y, bajo los efectos  de las primeras lluvias y el ardiente sol, los apelativos  se diluían, dejando un revoltijo de viejos y nuevos nombre de los elegidos, acrecentando así el valor anecdótico  del lacayuno reclamo.

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Alguno de los mandases  Encomenderos  de Hidalgo, se quiso pasar de listo y poner su agraciado apelativo en el mismo lugar de  de los presidentes, en aquel talud pachuqueño.  
    Ya se imaginarán el alboroto  que se armó pues el sitio era exclusivo para el mandamás, que se repintaba cuando por milagro, la Mula Mayor, se dignaba pasar  por Pachuca, rumbo  a ningún lado, pues no había para donde moverse. Faltaría más.

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Esta costumbre odiosa de pintarrajear y pegar carteles con infamantes fotografías, debería estar castigada mediante  fusilamiento sumario.
    Los caminos en Hidalgo y Puebla, están manchados con imágenes de perdularios que fueron o quisieron ser, elegidos para lo que sea,  a como de lugar.
    Años han transcurrido sin que  se quiten esas injuriosas imágenes, mucho más cuando se comprueba la actuación insulsa, ladrona, de los protagonistas  en las chambitas que les regaló el dedazo  respectivo.
    ¿No les dará vergüenza? No saben  de qué se trata, así que es un sentimiento  fuera de lugar. ¡Lástima!

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"¡Fue en un cabaré donde te encontré bailando!" es la canción adecuada para recibir  a  la presunta  candidata a no se qué en Ahuazotepec, tiene una pinta  qué órale... ¡Aguas!

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Si las fotografías emblemáticas de los candidatos serranos a lo que sea su voluntad, sonde risa loca, las "ideas" de  sus propuestas son mezquinas.
   Si tienes ganas de perder tu tiempo, indefenso ciudadano,  aburrirte y quedarte en Babia, trata de entender los que andan diciendo que harán para el "progreso regional"  esta sarta  de ¿qué será bueno? Papanatas.

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En 1546, cincuenta indios han caído por haberse negado a servir en los socavones. No hace un año que apareció la primera veta y ya se han manchado de sangre humana las laderas del cerro.
    Y a una legua de aquí, las peñas de la quebrada lucen manchas verdinegras de la sangre del Diablo.
    El Diablo  había cerrado a cal y canto la quebrada que conduce al Cuzco y aplastaba a los españoles que pasan por ahí.
    Un arcángel arrancó al Demonio de  su  cueva  y lo estrelló contra las rocas.
    Ahora las minas de plata de Potosí tienen mano de obra y camino abierto.
    Antes de la conquista, en tiempos de Huaina Cópac, cuando el de pedernal  se hundió en las venas de plata  del cerro, ocurrió un espantoso estruendo que estremeció al mundo.
    Entonces, la voz del cerro dijo a los indios:
--Otros  dueños tiene esta riqueza.

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    Una vez más, México, es campeón mundial productor  de plata, con unas cuantas toneladas menos que el pasado año, pero con mejor precio.
    Los mineros  en los socavones, como los viejos Incas, no saben de tanta dicha que llena de oro las cajas de las empresas explotadoras. ¿O sí?

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 Mamacitas... Ni antes ni después...  Cavernas Poblanas...    Collar de Perlas    Hidalgo es un estado pobre, miserable...   Luxuria y Perversidad... El paso de "Cantinflas" por  Tulancingo...    Mi corazón ha recuperado el ritmo...     Reunión de Vagos, Rufianes y Buenos Amigos...      No hay juncionarios abusones en Helicóptero...   El que no corre, vuela...     Nombre de una callejuela apenas señalada...            Un recorrido por...   Líder entre  pastor religioso y alborotador...     Guachoma es un...   Opus Dei, Mercenarios de Cristo...

Sugerencias, Plata, graffitis y fotos Locas
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José Manuel Toscana

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