¿Quien dice yo?

Xochitl, Simpática, graciosa

 Tulancingo, pese a todo, siguió garboso

Úrsula Espinosa Prieto , plenamente consciente...

Tulancingo tiene  algunos árboles monumentales

Tulancingo, un primer lugar según CONAGUA

Tulancingo inundado

Otra vez el Agua


Entre la Calzada 5 de Mayo y la refinería

Vamos por el tesoro

Loritos

Los mexicanos bebemos cataratas de las aguas del olvido

Los votos de Jackson y de Jacinta Francisco Marcial

El planeta Azul y el Origen de las Especies

S
on los poetas cronistas

Políticos delicatessen y con títulos nobiliario

Un Corazón para Tulancingo

El cartel de los  sapos

Nessun Dorma

Edith Piaf

Turismo

Tecocomulco 1

Tecocomulco

Censurado

Antonio  Vértiz Aguirre amigo a carta cabal

Excalibur
por  José Manuel Toscana
J1939t@prodigy.net.mx 

Diciembre del 2009

 

 

“…que suerte es poder tener un cortijo

con  parrales, pan, aceite, carne  y luz,

y   medio millón de reales…

y  una mujer como tú…”

*

Todo lo que el andaluz pobre anhelaba se encierra en esta coplilla nacida en las gañanías. Así es la felicidad, tal como los braceros andaluces son capaces de representársela.

*

Un cortijo con parrales; es decir  sombra bajo la que guarecerse en el vasto campo achicharrado  por el solazo implacable.

Pan, aceite, carne y luz; es decir la telera blanda y morena, un bistec “como los señoritos” y el cuerno colmado de zumo de oliva, con el que se condimenta el guisote, se aliña el gazpacho y se hace arder por la noche en un rincón del tinado las cuatro piqueras de un candil, a cuya luz deletrean lo jornaleros las aleluyas del crimen y el folleto anarquista.

*

Luego, cuando ya se tiene todo esto, que  es lo que de verdad se necesita para la vida, el andaluz menesteroso da un salto en el vacío de su imaginación y quiere medio millón de reales; es decir la riqueza, el puro símbolo del poder, la representación esquemática de la felicidad.

*

Y, finalmente, la mujer –una santa como tú- ideal inasequible en una raza vieja llena de prejuicios, y para la que el amor tiene siempre un sentido trágico y una quebradiza realidad.

*

Estos eran los anhelos de Juan Belmonte, egregio y sublime matador de toros, allá por 1912

*

…ni somos matadores  de toros de combate, no tenemos cortijos, pero si disfrutamos el aceite de oliva, de las chuletas y el pan y, sin pensarlo mucho, de las mujeres cuando son como tú…

*

Si durante el 2010

logramos hilvanar estos elementos vitales,

habrá valido la pena vivirlo.

¡Felicidades!

*

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