| Excalibur |
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José Manuel Toscana |
“La rueda del devenir” ocupa un lugar importante en el arte religioso del pueblo tibetano, y está representada en tamaños gigantescos en las paredes de muchos templos.
Esta rueda consiste en cuatro círculos concéntricos; el primero
constituye el eje y contiene las figuras de un gallo, una serpiente y un
cerdo, mordiéndole cada uno de ellos la cola al animal que le precede.
Estos tres animales representan las tres raíces de la
torpeza, también conocidas como los venenos de la avaricia, el odio
y la ignorancia. Siguen una serie de conexiones y comentarios que
van conformando el pensamiento budista.
Pero, para los fines inmediatos de los politiqueros hidalguenses,
ahora que se están repartiendo el corazón del pastel principal y las
migas sobrantes, les vendría al puro pelo, darse un baño de la
estrategia milenaria de los tibetanos para sobrevivir a los desengaños,
traiciones, la ignorancia y el odio que serán derramados abundantemente, pues
la cobija presupuestal y los premios de consolación del malogrado estado
de Hidalgo, no alcanzan para tantos llamados, pues serán, muy pocos, los
elegidos. ¡Ya verán!
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El tercer círculo de la Rueda de la Vida, está dividido en
seis segmentos, conocidos como las esferas de la existencia
condicionada. Corresponden, las esferas, a los dioses, a los
titanes, a los espectros hambrientos, a los seres infernales, a los
humanos y a los animales. Los dioses, se la pasan luchando entre
ellos y su vida está llena de seguridad y satisfacciones Los titanes se
la viven en los celos; los espectros se caracterizan por la dependencia
neurótica y la avaricia; la de los animales por el barbarismo y la
ignorancia.
En contraste la esfera de los humanos representa un estado mixto en el que
no predominan ni el placer ni el dolor.
En la vida politiquera mexicana, es posible experimentar los seis
estados, viviendo entre el cielo y el infierno… ¿O no?
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Pregúntenle a los Madrazos, Gordillos, Núñez, Guadarramas,
Osorios, Sosas, Melquiades, Foxes, Martitas, Salinitas, Cardenitas,
entre tantos que se dan vida de dioses paganos, celan hasta la locura
a todos los que fueron sus leales, son neuróticos compulsivos ante la
incertidumbre de los tiempos por llegar, se consuelan acumulando riqueza
avariciosamente y, cual animales, son de un bestial comportamiento e
ignorantes hasta la depravación. No guardan lugar en la sexta
esfera, pues nada de humano les queda… ¿O sí?
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La vacilada de pretender el voto de los paisanos refugiados en
gringolandia, no pasa de calentura innecesaria; mejor sería fomentar el
que los mexicanos votemos aquí cuando nos toca y no dejemos al
garete nuestros derechos fundamentales. Lo demás, son ganas de
hacerle el monje. ¿O no?
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Inmersa en su alcurnia furtiva Wences Angulo, ciñó esta
frase que ha convertido en combativa divisa: “—Al amigo hay que
matarlo con la espada de la verdad; jamás herirlo con la daga de la
mentira”
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Lo único que nubla el radiante sábado 9 de abril, fecha
cimera escogida para la novena “Reunión de Amigos”, son los santos
festejados; nomás calculen: Cleofas, Prócoro, Acacio y Casilda,.
No se dejen intimidar por ese contratiempo; el rito de la Amistad,
alguna veces conlleva sacrificios, así que serán esperados con los
brazos abiertos, ostentosos regalos, contactos redituables con las nuevas
autoridades en los partidos políticos nacionales y alguno que otro
gobierno estatal. Corran la buena nueva por “radio bemba”
como decían los cubanos antes de ser polichinelas del criminal barbón.
¿O no?
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Peleó, fue herido, cayó preso. Ya lo habían dejado
bastante muerto en las cámaras de tortura, cuando un tribunal militar lo
condenó a morir del todo. Supo que estaba solo. Lo que
quedaba de él había sido olvidado por sus compañeros.
Dejado de todos, esperaba que la muerte concluyera su trabajo.
En la soledad del calabozo, hablaba con la pared.
Pero antes que la muerte llegó el fin de la guerra; y fue liberado.
Y en las calles de la ciudad de San Salvador siguió
conversando con las paredes, y les pegaba puñetazos y cabezazos porque no
le contestaban. Fue a parar al manicomio. Allí lo tenían
atado a la cama. Ya ni con las paredes hablaba.
Norma, que años atrás había sido su amiga, fue a visitarlo. Lo
destararon.
Ella le dio una manzana.
Sin decir palabra, él se la quedó mirando la manzana entre sus manos,
ese mundo rojo y luminoso, y al rato despedazó la manzana con los
dientes y se levantó y repartió los trocitos, cama por cama, entre
todos los demás. Así Norma supo:
--Luis está loco, pero sigue siendo Luis.
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Así es el valor infinito de la Amistad: nos reconoce en las
situaciones más oscuras, difíciles, increíbles, sin dudar o
condicionarnos para merecerla. Por eso, nada más, ven a Tulancingo, el 9
de abril.
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Simpáticos los negocios del fútbol pachuqueño: todo para el
vencedor y sus cuates influyentes. No pus así, sí, ¿O no?
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Cada día, los dedicados a profundizar en el funcionamiento del
cerebro, van encontrando las conexiones de las reacciones místicas,
religiosas, apariciones, figuraciones del más allá y de las
supersticiones que nos han tenido en vilo durante los últimos miles de años,
que son, además, armas de control y lucro, de vivales que, a
nombre de mil dioses y promesas venturosas para el más allá, por acá se
dan la gran vida y hacen hasta lo imposible para que la Humanidad no
evolucione, como Dios manda… ¿O no?
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Todo está en la mente, entre las infinitas combinaciones químicas,
eléctricas, que fluyen interaccionadas en el cerebro y el cerebelo del
hombre, estimuladas por los agentes internos y externos con los que
tenemos contacto. Por ahí van las cosas, por momentos apasionantes
y con posibilidades de dar, muy pronto, con la explicación de
“misterios” largamente escondidos en el oscuro pozo de nuestra
ignorancia. Cosa de seguir avanzando sin recular. ¿O sí?
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El pueblo de Cerro Chato nunca tuvo ningún cerro, ni chato ni
puntiagudo. Pero Javier Zeballos, recuerda que Cerro Chato si tenía,
en los tiempos de su infancia, tres comisarios, tres jueces y tres
doctores. Uno de los doctores, que vivía en el centro, era a brújula
de los mandados.
La mamá de Javier lo orientaba así:
--De la casa del Doctor Galarza, vas dos cuadras para abajo.
--Esto queda en la esquina del Doctor Galarza.
--Ve a la farmacia que está a la vuelta del Doctor Galarza.
Y allá marchaba Javier. A cualquier hora que pasara por ahí, con sol o
con luna, el Doctor Galarza estaba, siempre sentado en el zaguán de su
casa, cigarro en mano, dando cumplida respuesta a los saludos del
vecindario: buenos días, Doctor; buenas tardes Doctor, buenas noches
Doctor. Ya Javier era hombre crecido, cuando se le ocurrió
preguntar por qué el Doctor Galarza, no tenía consultorio médico ni
despacho jurídico. Y entonces se enteró: Doctor no era; se
llamaba. Así había sido anotado en el Registro Civil: Doctor de nombre,
Galarza de apellido. El papá quería un hijo con
diploma, y aquel bebé no le pareció digno de confianza.
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Que no te digan, que no te ofendan, que no te apoden doctor,
licenciado, ingeniero: No dejes que tu mamacita te cambie nombres chafas
por apodos todavía más chafas, que no te regalen títulos académicos
de nada, que no tengas otra identificación que la cara conocida, así
tengas “fila de ratón” y quieras ser candidata o gobernador con
nebuloso pasado. ¿O no?
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Los boleritos de Poza Rica, en sus buenos tiempos, a sus clientes
siempre les decían: Ingeniero.
Uno, de tantos clientes, preguntó al chaval por qué le decía ingeniero
si no lo conocía. Raudo el bolero contestó: “—Por acá
cualquier pendejo es ingeniero y todas la putas son secretarias.
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México, desde hace muchos años está secuestrado por una cáfila
de bribones disfrazados de políticos, líderes de gremios atados a un
destino vergonzoso, historietas de la patrias falsificadas, artistas
prefabricados baluartes de los peores gustos que han
estragado, hasta la nausea, los restos de un devenir artístico
histórico mas o menos pasable. Ciento diez millones de
compatriotas, estamos encaramados de mala manera en un territorio cada día
más agotado, donde los recursos naturales son pasto de todo vandalismo oficial
y particular.
Pronto, muy a la vista, estaremos colapsados y entonces sí, a correr pero
¿para dónde? ¿O no?
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Observador minucioso del espectro vital, Wences Angulo, desde su
oteador floral, nos comenta “—El viento levanta polvo porque intenta
soplar, llevándose nuestras huellas”
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11 de Marzo del 2005
Un secuaz de Adolfo Hitler Marzo y... Piedras... Cuba Libre... Los vicios ahora son... Taller en... Cinco de Febrero de 1917 Bueno te hará el Que viene Atrás... Suerte tienen los que no se bañan Nacido entre los límites de Flamante... Huejutla y... Modernidad Gaceta de la Sierra Norte El Fracaso del Éxito... Tulancingo ¡DESPIERTA! Maravillosa, envidiable, cabellera estrena... Olimpo de los falsos héroes mexicanos.... Acapulquito, Oscar Pacheco y ... Mamacitas... Ni antes ni después... Cavernas Poblanas... Collar de Perlas Hidalgo es un estado pobre, miserable... Luxuria y Perversidad... El paso de "Cantinflas" por Tulancingo... Mi corazón ha recuperado el ritmo... Reunión de Vagos, Rufianes y Buenos Amigos... No hay juncionarios abusones en Helicóptero... El que no corre, vuela... Nombre de una callejuela apenas señalada... Un recorrido por... Líder entre pastor religioso y alborotador... Guachoma es un... Opus Dei, Mercenarios de Cristo...
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