Mi debilidad y fortaleza, desde siempre, ha sido en mi vida la intensa compañía y presencia de la mujer.
Tengo por hábito inmemorial, traer estrechamente a mi lado, una pléyade incondicional de matronas que asumen mis deseos recién surgidos.
Jamás discuten la menor sugerencia y, dóciles, solícitas, hacen lo imposible para complacerme en dónde, como quiera y en cuanto lo apetezca.
Desde luego, les correspondo con una fidelidad a prueba de influencias y publicidades tendenciosas que pudieran hacerme cambiar de amores y pasiones, así como así.
También he logrado, nada fácil ha sido, contener celos y enfrentamientos entre ellas, sabedoras que reinan en mi pensamiento y deseos, como soberanas indiscutibles y, de ahí que jamás me presenten conflictos, desavenencias y malos modos cuando las requiero para entregarme dosis enormes de contento y placer renovado en cada oportunidad.

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Sin olvidar a ninguna, pese a los muchos años y amores sublimados, los siguientes nombres no agotan mi sentimiento; sólo abren un espacio del inmenso firmamento tachonado por astros luminiscentes que pasan por mi mundo como ráfagas de alegría suficiente para alentarme y seguir en la brega cotidiana con la mejor sonrisa, merced a su apasionada entrega.

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Desde mi remota, inocente, infancia escucho a Imperio Argentina, al mismo tiempo Lucha Reyes, seguidas por María Callas como el lucero mayor de mi constelación, Gloria Lasso desde mi plena juventud, Amparo Montes, Renata Tebaldi, Margarita Rinaldi, y en un rincón de mi alma alientan Tania Libertad, con Nora Jones, Dolores Pradera y Rocío Jurado, Monserrat Caballé, Mercedes Sosa, además Sarita Montiel, Bárbara Streisand y Mirelle Mathieu, Diana Warwick, Sara Brightman … ¿qué más se puede querer sin riesgo de enloquecer?

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La Tigresa, lectora asidua de estas líneas, ofrece otras frases a los atarantados aspirantes a presidente mexicano, por ejemplo: "Con mis garras defenderé la razón"

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La Humanidad se comunica mediante 6.912 idiomas, algunos hablados por unos cuantos miles de seres y otros, por millones y que van en aumento, lo lamentable son los que se pierden, indefensos ante los embates de la masificación, cientos cada temporada.

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En Puerto Rico, están llevando a los presos al corte de café, en la isla borinqueña los viejos cortadores desertaron y no hay quien levante el millón de kilos de la actual cosecha.
Tiempos hubo, en el Siglo XIX, que la recolecta en aquella Isla, sumó 30 millones de kilos, lo cual viene confirmando que el cultivo está basado en la mano de obra esclava.
Esto va porque algunos despistados intentan revivir esos tiempos en las serranías poblanas e hidalguenses que nos rodean, olvidando maliciosamente cuando en el altar del café, sacrificamos lo demás, hasta quedarnos huecos, empobrecidos y muy mal acostumbrados Las soluciones no están por ahí. ¡Abusados!

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La deformación económica del cultivo cafetalero por estos rumbos, entre otros aspectos, estuvo en que solamente 3 meses por año había productividad; el resto del tiempo era pura especulación.

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Doris Haddock, obrera jubilada, caminó desde Los Ángeles hasta Washington: una tortuga atravesó los Estados Unidos, de costa a costa.
Ella se echó al camino para denunciar la venta de la democracia a los millonarios que pagan las campañas de los políticos; y a su paso, etapa por etapa, iba arengando a la gente.
Ya llevaba más de un año de caminata, frita por los soles, congelada por los fríos, volada por los vientos, cuando la paralizó la nieve. Una tremenda tormenta de nieve se descargó sobre las montañas del oeste de Virginia.
En el pueblo de Cumberland, Doris festejó su cumpleaños. Noventa velitas. Y siguió el viaje en esquí. Esquiando viajó a través de la nieve, todo el último mes.
Mientras nacía el siglo veintiuno llegó, llegó a la ciudad de Washington. Una multitud la acompañó hasta el Capitolio.
Allí trabajan los legisladores, la mano de obra de la política de las grandes empresas que retribuyen sus servicios.
Desde las gradas del Capitolio, Doris pronunció un lacónico discurso. Señalando el pórtico del Capitolio, dijo:
"--Esto se está convirtiendo en una casa de putas". Y se fue.

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Doris fue invitada a México, para que hiciera y dijera lo mismo a los iguales, en similar recinto, pero: ¿Qué caso tiene si todos lo sabemos y lo decimos a gritos? ¿O no?

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Algunas ideas para discursos de los badulaques en pos de las presidencias municipales en Hidalgo:
"-Los jóvenes quieren ser amados, reconocidos como individuos, aceptados y escuchados. Quieren seguridad, autoridad, disciplina y alguien en quien creer, para satisfacer sus corazones"
Son palabras de uno de los más grandes oradores en el mundo, aun vivo, que ha sido escuchado, aclamado, por 250 millones de personas directamente.
No se ha visto enredado en escándalos; tiene prestigio y es reconocido hasta por sus oponentes; se trata de Billy Graham, predicador evangelista.
Está cañón seguirle el paso, sobre todo en esas cosas tan raras como la honestidad, el prestigio, la moral ¿Con qué se comen?

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Hace un resto de años, otro encumbrado clérigo, apasionado de las relaciones públicas y los detalles para con sus feligreses, fue aclamado en Nuevayork, por su don de gentes, finísima oratoria, derrochaba lo que ahora todos quieren tener aunque la compren en la fayuca: "carisma" en fin: era un amor el obispo J. Fulton Sheen.
La soberbia y el afán de sentirse íntimo de sus feligreses, encandilado, se le ocurrió mandarles una carta personalizada a cada oveja de su rebaño, repleta de halagos, gratitudes, promesas de amores eternos, vocación de servicio, humildad, algo conmovedor, directo al corazón de cada uno de los apantallados cristianos bajo su encanto seductor.
El efecto fue sensacional… mientras se dieron cuenta que todas las cartas eran idénticas; sólo cambiaba el nombre del cliente.
El desencanto cundió y este glamoroso monseñor, jamás recuperó la credibilidad, pues sus seguidores se supieron engañados y tratados como mercancía de barata.
Este camarada de figura elegante, sonrisa cautivadora, voz arrulladora, de poses y maneras exquisitas no era más que un farsante.
Tal como, hasta los más tarugos, captamos cuando vemos y soportamos las propagandas de los que quieren ser nuestros seguros servidores, si los votos deciden que sacrifiquen su vida en aras de la patria agradecida. ¡Qué mamones!

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La caña de azúcar llegó a este lado del cielo traída por Hernán Cortés, quién estableció los primeros cañamelares por los rumbos de lo que hoy es Morelos.
Con el tiempo el cultivo y procesamiento de la caña se convirtió en la principal agroindustria nacional. Hasta la fecha, lo es.
Temporadas altas y bajas, más frecuentes que las primeras, fueron haciendo de los campos cañeros y sus centrales azucareras y alcoholeras, fuente de poder y riqueza apetecible para los jorocones de cada época.
Durante la reforma agraria cardenista, la totalidad de los ingenios azucareros fueron afectados: les quitaron la propiedad de la tierra, pero obligaron a los agraristas a plantar cañamelares, de manera única y exclusiva, para entregar la cosecha al ingenio correspondiente; una especie de zona de protección que asegurara la supervivencia de la factoría.
Desde luego, en la repartición de las instalaciones, fueron mano los revolucionarios consentidos, cuatitos del Labión, y la parte agrarista se entregó atada de manos, a los maravillosos líderes que, desde entonces, cosechan cuotas, poder y riqueza a manos llenas.
Precios atados, subsidios impagables, mercados cautivos, saqueo irrefrenable, ineficiencia, carencia de investigación, modernización anulada, nuevas expropiaciones, nuevas reventas, nuevas expropiaciones, quiebras por doquier, chantajes, muertos, muchos crímenes, han sido, son, el paisaje y el ambiente de la primera industria agropecuaria nacional. ¿Alguna novedad?

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Factor, en todo el desgarriate cañero mexicano, figura un gringo arraigado en Puebla, ingenioso, imaginativo, trabajador, perverso, mafioso, ladrón, visionario, entre otras virtudes tenía Guillermo Jenkins, quién dejó escuela en la creación de monopolios, agio, secuestros y, sus paniaguados, socios, matarifes y seguidores, ahora son gente decente, lo que se quiera entender por tan resbaladizo concepto. Y da para mucho el tema.

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Abismado por el miserable ambiente que nos rodea, Wences Angulo, comenta "-Entre mi pesimismo impotente y el optimismo infundado… los rumores alarmantes se hacen verdaderamente insoportables"

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Viernes 5 de Agosto