José Manuel Toscana Escribe con Hidalguía: Dr. Manuel Velasco Suárez

          Un eminente médico chiapaneco, neurólogo, metido a gobernador de lo que fue el último paraíso mexicano, en los tiempos del echeverriato, expresó públicamente lo maligno, mortal, que era ingerir pulque, así fuera curado.
          Al Dr. Manuel Velasco Suárez, se le vino el mundo encima pues tal declaración vertida con el apoyo de su experiencia en un foro internacional especializado, se lanzó con todo contra el elixir nacional.
          Viejo sabio el Dr. Velasco, consuegro de Luis Alvarado Amador, algún tiempo grato vecino de Pachuca, tenía fama de haber sido médico de Mao, el creador de la China moderna, el que la sacó de la basura de la Historia poniéndola en el centro del mundo, para atemorizar al resto de la universal perrada, hasta la fecha.

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En aquellos días de locura echeverriana oficializada, infinitamente más que ahora, había patronatos para todo y para todos, entre ellos el que dizque protegía, fomentaba, cultivos de magueyes y nopales.

Su mayor logro fue plantar magueyales en unas cuantas cunetas de las autopistas para que los viajantes disfrutáramos del bucólico panorama; se intentó enlatar el pulque, hacer de sus fibras materias industriales y otras mariguanadas justificatorias del mentado patronato del cual gozaron varios hidalguenses -grillitos chirris- de la miel en penca, esa sí, del presupuesto y dádivas relacionadas.

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Emilio Pérez y Soto, zacatecano, coronel, ingeniero, propietario de la Hacienda Pueblilla, que adquirió para impresionar a la novia, luego esposa, por los rumbos de Zempoala, era un hombre industrioso a su manera y entre los escombros de la ya muy dañada hacienda, destiló pulque valiéndose de un alambique hechizo, obteniendo aguardiente de no malos bigotes; también producía miel y otras delicias derivadas del plantío de crasuláceas –postinero apelativo científico de los magueyes que tenía plantados en el traspatio de lo que fue un latifundio agrícola, como tantos venidos a menos o perdidos para siempre, sin que nada reponga o sustituya esas fuentes de trabajo, demonizadas por las juerzas revolucionarias que solo miseria trajeron al campo hidalguense, según quedan constancias por los cuatro rumbos de la rosa de los vientos.

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He pasado algunas veces frente a esas ruinas de Pueblilla, con alguna nostalgia pues varias veces disfruté de la prodigalidad del ingeniero Pérez y Soto, su deliciosa charla de viejo masón, mata curas durante la cristiada, emprendedor, galán, macho por los cuatro costados, bigotón y muy buen cuate, fiel ejemplo del México salido de una fallida guerra civil y otra religiosa donde todo quedó patas arribas y aun no logramos ponernos en pie.

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Con las elecciones municipales a la vista y con la enanés de los contendientes, prefiero escribir del pulque que de politiquitos y eso que ambos géneros, son muy babosos.

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          Hoy, en la sierra poblana, dentro del paraje Los Manguitos, por el rumbo de la Zihuateutla, cortarán una flor del jardín estatal de los apoyos a las comunidades fregadas a más no poder.
          Se fueron trabajando, paso a paso, los grupos formados por mujeres, con el claro objetivo de darles la mano y la debida orientación para que dejen atrás la miseria prevaleciente, más cruda ahora que los cultivos tradicionales dejaron de ser fuente de ingresos, de la mano con la fuga imparable de los varones en busca de sobrevivir más allá de las montañas.
          Se, me consta, del trabajo minucioso, respetuoso, de los encargados de estos enlaces para integrar actividades productivas dentro de las enormes carencias que, algunas veces, parecen condenados al fracaso por la abismal distancia que media entre las intenciones políticas dictadas desde los escritorios en la capirucha y las condiciones reales de cada comunidad, los siempre reducidos instrumentos para operar, la incomprensión, la desconfianza, el hambre.
          Por eso, cuando se dan los frutos maduros como ahora, es muy importante difundirlos, para apuntalar las condiciones que permitan continuar con esas gestiones de profundo contenido social, reivindicatorio, basados en el trabajo organizado, única salida del infierno.
          Conozco a varias personas, admiradísimas, dedicadas a estos menesteres de trabajar contra la corriente, se de sus angustias económicas, de sus cuitas y de su profunda entrega a la causa suprema por el bien de sus semejantes.
          Si de alguna manera debo llamarlos, es con el nombre que tanto inspira: Misioneros.
          Las gracias más rendidas van para cada una de estas personas, ellas logran con su trabajo lo que otros nomás imaginamos. ¡Felicidades!

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          Mucho me temo que los recortes presupuestales que afectan cruelmente a Xicotepec, tengan relación con las campañas políticas en las que se juegan su tenebroso futuro, casi todos los grillos estatales.
          No es la primera vez que sucede; la historia del priato está plagada de abusos a costillas de los ahorros ajenos, como los que dilapidaron en las campañas de salinas de madrazo, cuando se dieron vuelo con los fondos obtenidos con las exportaciones de café durante los mejores años de este prodigioso grano, fondos que dispuso contra toda ley, la CNC y el barbaján que por esos días hacía equipo hugo olivares ventura, renacido ahora bajo la sombra del madradismo, entre otros caifanes de la misma cuerda.
          Miles de millones de pesos ahorrados, se hicieron humo, del golpe jamás se repuso el sector y todo para gastar esos fondos en tarugadas, como sucederá ahora que se matan por el imposible capricho de hacer un candidato presentable a ese tumor pestilente llamado madrazo pintado, con el que están comprometidos hasta las cachas, con nuestros fondos, nuestros próceres estatales y sus satélites abusivos. Lástima.

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Triste llega el fin del año para los que salen del presupuesto municipal de Xicotepec; familias enteras pasarán la pascua navideña en la inopia, desalentadas, desengañadas, muy pronto, de las autoridades que tanto prometieron, aun a sabiendas que, como las oferta del pejelópez, son puras perversas vaciladas.

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          Pasó por Tulancingo el pejelópez, iluminando a los creyentes de milagros y profetas de petate, todos lo son, y para pronto las cifras de concurrentes al mitin, se vuelven fantasía pura.
          Tanto los apoyadores np –nalgas prontas- como los rivales miopes, cada quién da los números que mejor cumplen sus deseos, ambos lejos de la realidad.
          No hay posibilidad física de meter cinco mil personas en La Floresta; cosa de medir, sumar, restar y obtener los espacios ciertos donde amontonar curiosos. Lo demás, son meras ganas de hacerle al tío lolo.

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          No tiene propuestas el mentado pejelópez, se la pasa diciendo nimiedades, puntadas ya muy repetidas que las manosea desde que figuraba en la regencia capitalina, a como de lugar, quiere que olvidemos a los salinistas que lo tienen inundado, copado, por todas partes, como nuevamente confirmó el otro gandallita presupuestal, el memo cárdenas, el hijo de papi.
          Revisen quiénes lo controlan y sabrán cómo son los que le mueven los hilos y le ponen las manidas palabras en su tropical tropita.
          No se vayan con la finta; es una mala copia chaparra del loco echeverría, de triste, criminal, memoria.

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Mucha lástima provocan los organizadores que ensalivan a ricardo bravo delgadillo; sobre todos sus corifeos —muy feos por cierto—, que les hacen la vida cansada a los reporteros regionales que no son de su corral!!!
Al paso veloz del pejelópez por Tulancingo, dejaron ver e hicieron sentir, su raquítica personalidad golpeadora y estorbosa. No pasan de ahí ni dan para más, pero como joden.
¡Aguas candidato, poco o triste favor le están haciendo sus consejeros!, todos graduados en N.P.

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Aquí termino por hoy, esperanzado, para que entre al calce de la columna la infaltable carátula del famosísimo doctor Pío Marroquín.

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Contemplando el avorazamiento por los cargos públicos con sueldos y entres seguros en Tulancingo, comenta Vences Angulo: “—Los políticos son como los perros: lo que no se tragan lo entierran”

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