José Manuel Toscana Escribe con Hidalguía

Pasada la inundación del 99, llovieron planes y promesas de que, ahora sí, todo quedaría solucionado a fondo, proyectos, opiniones, manos a la obra, arribo de maquinaria para los arreglos en los causes y un mar de saliva, como la que derramó Sosa Castelán durante una comida de propaganda cuando quería ser diputao en una casa de Jardines del Sur, la cual ahora está más que inundada, llegó tarde como es su vieja costumbre, se adornó sin recato presumiendo que las máquinas, operarios y otras chuladas eran únicamente debido a sus buenas gestiones en los altos niveles federales, luego, un torrente salivoso prometiendo lo que nunca llegó, como ahora comprueban, llenos de rencor, miles y miles de vecinos, recordando las ofertas igualmente huecas del también ultra salivoso núñez soto.

Así las cosas, un imbécil cara de papa, repite enceguecido, el comportamiento criminal de abusar hasta la nausea con la desgracia de Tulancingo, aprovechando en su beneficio y ambiciones políticas infundadas de ser algo más que presidente municipal de esta pobre ciudad, hoy bajo sus abusos sin medida.

Lo imitan en el baile de tarados, sus gatos flacos, hambrientos de dineros y fama, cayendo en sus desmesuras hasta el ridículo, como eso de querer tomar el control del Cuerpo de Bomberos, porque el edificio es del Municipio. Poco faltó para que los bomberos les partieran la madre por imbéciles.

Si algo tiene en Tulancingo buena fama merecidísima, son los bomberos, ¿Se imaginan qué pasaría si caen en las manos del cara de papa y sus lambiscones?

Otro, secretario del Ayuntamiento, se apersonó para asaltar un camión con materiales enviados desde el Distrito Federal al gobierno de Hidalgo, alegando que era un regalo de su partidito de pacotilla. Poco faltó para que le reventaran la madre a este imbécil.

Patrullas, camiones, personal, todos del Ayuntamiento fueron concentrados en la casita del cara de papa que finge como autoridad municipal para que lavaran, barrieran y sacaran sus tiliches para que no se mojaran; todo esto delante de sus vecinos, a quienes ni siquiera se dignó saludar, víctimas de sus caprichos como levantar el bordo sobre el terraplén del ferrocarril, solo para presumir una obra estúpida propia de la mente de un imbécil.

Entregar los paquetes de ayuda a la población bajo las siglas de su partidito de chisguete a costillas de la desgracia ajena, para levantar sus votos, atacar a quienes lo señalan como el más inepto, corrupto, de los presidientes municipales que ha padecido Tulancingo y miren que la competencia es muy dura.

En Puebla, el gober precioso, sigue engañado por sus vendedores de imagen pública, al ponerlo en las principales páginas de los periódicos de circulación nacional, entregando apoyos a los miserables poblanos hechos talco por los diluvios, páginas y páginas pagadas a precios muy elevados y que, sin falta, nadie lee pues ya se sabe que esas publicidades se enmarcan y se colocan en lugares donde no corresponde con el resto de la información ahí difundida.

Dinero que tiene a placer el góber precioso; las elecciones y la renta o venta de lugares en la platea de los cargos públicos es un negocito nada despreciable, así como el metemanos en las partidas que les llegan como regalos del cielo presupuestal federal y que disponen con plena impunidad.

Los estragos en Tulancingo y vecindades, posiblemente sean irremediables, pues la economía regional estaba ya muy lastimada , desalentada, sin proyectos que valgan la pena y levanten el ánimo de los empresarios ya no se diga de los jóvenes sin posibilidades de chamba y los viejos reventados por los años y la pobreza agudizada. Tulancingo aun no sanaba de las heridas del 99, recibiendo ahora la puntilla que pondrá a la población en situaciones sumamente desesperadas.

La mejor chamba que se consigue el prd de Tulancingo es la de chófer, como el que acarrea al cara de papa municipal, que cobra más de 20 mil pesos, por encima de las secretarias del Ayuntamiento, con años y años de trabajo.

Que vea la ciudadanía de Tulancingo la miseria que padece por la estulticia de sus autoridades municipales que dejan obras inconclusas por donde sea, acumulan basura, gobiernan con la tranza en la mano, todo esto y más será superado a partir de las nuevas inundaciones donde se ha puesto a flote la incompetencia del chiquito cara de papa y sus fieles lambiscones, sedientos de agarrar lo que dejan las aguas negras, pues el estiércol ellos lo surten, a carretadas, desde la presidencia municipal.

Se hará verdad en Tulancingo el refrán que dice: “El pueblo tiene el gobierno que merece”

Inundación en Tulancingo circa 1955

José Manuel Toscana

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