Cierran las campañas

El Suplente Incómodo

Tulancingo entró  de lleno  la onda violenta

“-Que el camino  salga ... 

¡A destramparno...

  Protección Civil Tulancingo 

Revolucionario y Mastuerzo!!!

   ¡Mueran los gachupines!”
 

Lástima de Candidato

 “Jaula de amor”  

Excalibur Por José Manuel Toscana

Viernes 22 de febrero del 2008.

Si los protagonistas del momento en Xicotepec, refrendan en los hechos su amistad juvenil, como lo afirmaron abrazándose fraternalmente,  las cosas podrán transitar favorablemente para ellos y, de refilón, para los ciudadanos que de otra manera nos quedaríamos como los chinitos de antaño: nomás milando.

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Ojala estos jóvenes impetuosos: Carlos Barragán y Juan Carlos Valderrabano, cada uno desde su  plataforma política, logren traer aires renovados a la montaña poblana  donde  todo esta por hacerse. ¡Ojalá!

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Tulancingo vivirá y padecerá, los estertores del perredismo local, agudizados por el éxito de Joaquín Árcega, flamante diputado regional priísta, pues las culpas por el rotundo fracaso  perredista, nadie las reconocerá, y saldrán los cuchillos largos cobrado venganza entre sus filas, repletas de improvisados y buscadores de chambas que, ahora, se les fueron de las garras.

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Los perredistas, más o menos coherentes, que los hay en Tulancingo, tienen ahora la mejor oportunidad para recuperar el partido que mangonean verdaderas lacras, como el impresentable guadarrama, cobrando como senador, luego de haber sido señalado, por ellos mismos, como asesino de perredistas y, que apoyado por el farsante pejelopez,  llegó  al partido refugiándose de los atracos cometidos durante las elecciones del afeminado labastida ochoa, con el negoción del pemexgate, donde guadarrama fue mano a la hora de hacer humo los fondos robados por el criminal sindicato petrolero.  Con esos individuos  en el perredismo, hasta el jabón se  pierde.

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Otra  rémora chupadora del perredismo tulancinguense, es el actual presidiente municipal, llegado de otros frentes  donde no dio el ancho,  con intereses ajenos al partido cobijador y, ahora, pero sí fortuna desmedida. Por no citar a los bufones que le hacen la corte y que lo llevarán a la picota del fracaso total. ¡Lástima!

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Urge remediar la situación de Pémex; regresarla al control pleno de los chichimecas, pues desde que  les birlaron el petróleo a los europeos (los gringos sólo tenían el 3% de la industria) quedó en las manitas insaciables  de políticos sin madre y sindicalistas voraces hasta la demencia.

En todos estos años, siete décadas, el resto de los mexicanos nada más han visto pasar  el monto de las fortunas extraídas  del tesoro escriturado pro el meritito Demonio.

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El gobierno de gringolandia ni pestañeó cuando al Tata Lázaro (sus herederos viven del cuento petrolépero y reciben regalías ensoñadas) se le pusieron a tiro los empresarios rejegos a cumplir laudos laborales, prepotentes y mamoncísimos, se la hicieron de tos, llevando al michoacano  a dar la nota internacional; desde luego previo aviso  al presidente Roosevetl, quien apoyó totalmente  la maniobra.

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Los  contendientes en la Guerra Mundial, ya calentaban el brazo y se corría el peligro de que el petróleo mexicano, cayera en las manos peligrosas del compa Hitler, pues se le veía imparable frente a los dueños europeos del crudo nacional.

Bien medidos los tiempos, la expropiación les cayó en pandorga a los británicos y socios  de aquellos rumbos, pero la inminencia de la contienda mundial, evitó que llegaran las naves inglesas y asociadas a reclamar, por la fuerza, sus derechos en México, las que se dieron vuelta en redondo –a medio océano-  ante  el inicio de la bronca mundial.

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Mucha historia verdadera, está escondida, oculta, a los ojos del infelizaje, al que nada más nos apantallan con actos ceremoniales y populistas con la famosa  expropiación.

En Austin, Tejas, la Biblioteca principal contiene documentos oficiales donde se ven los preparativos, consultas, ajustes y aprobación de todo el pachangón  expropiatorio el que ahora nos tiene enfrentados  con un  nacionalismo chabacano  totalmente estéril, pero útil para grillar y nombrarse salvadores  de la patria, ¿Cual? ¿La del sindicato? ¿La de los políticos?, ¿Cuál? En esa Patria, ni tu ni yo, tenemos voz ni voto. ¿Hasta cuándo?

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Si se toman la molestia de leer documentos de aquellos  aciagos días, podrán comprobar  la enorme simpatía de México por todo lo que hacía y deshacía el compa Fito Hitler, considerado en México, el salvador del mundo, por la inmensa mayoría de los atarantados mexicanos y su gobierno, todavía más atarugado.

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Todo el relajito de los buques hundidos por los germanos, no pasó de un montaje justificador de la entrada de México a la contienda mundial donde nada se nos había perdido, como otras muchas cosas que sucedieron en este país de fábula y que apenas, vamos conociendo.

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Perforar en la mar pozos petroleros profundos, no es enchílame otra; se necesitan dinero a raudales y tecnología que “no está a la venta” se consigue por  “asociación” con los que le saben al asunto, de otro manera, no hay tu tía.

Así que no se confundan con alegatos infundados adecuados apenas para seguir en el cotorreo, ese que sabemos armar  sin competencia alguna, en todo esto de la privatización del petróleo que, en mala hora, tenemos en casi todo el territorio nacional, no se diga en los mares.

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En 1849, desde Valparaíso acuden en masa los chilenos. Traen un par de botas y un puñal, un farol y una pala.

“Puerta de oro” se llama ahora la entrada a la bahía de San Francisco. Hasta ayer, San Francisco era el pueblo mexicano de Yerbas Buenas. En estas tierra, usurpadas a México en guerra de conquista, hay pepas de tres quilos de oro puro.

No tiene sitio la bahía para tanto buque. Toca fondo el ancla y vuelan los aventureros más allá de los cerros. Nadie pierde tiempo en sorpresas ni saludos.

El tahúr hunde en el barro sus botines de charol. Con sólo pisar esta tierra, el pelagatos se hace rey y muere de despecho la bella que lo había despreciado.

Vicente Pérez Rosales recién llegado, escucha los pensamientos de sus compatriotas: “¡Ya tengo talento! Porque en Chile, ¿quién es burro siendo rico?

Aquí quien tiempo pierde, pierde oro. Incesante trueno de martillos, mundo que bulle, estrépitos de parto: de la nada brotan las carpas donde se ofrecen herramientas,  licores y carne seca a cambio de bolsas de cuero llenas  de oro en polvo.

Graznan los cuervos y los hombres, bandadas de hombres de todas las patrias, y de noche y de día el torbellino de levitas y casacas marineras, pieles de Oregon y bonetes del Maule, puñales franceses, sombreros chinos, botas rusas y balas relumbrantes en el cinturón de los vaqueros.

Una chilena de buen ver sonríe como puede bajo su  sombrilla de encajes, estrujada por el corsé y por la multitud que la lleva en andas sobre el fangal pavimentado de botellas rotas.

Ella es, en este puerto, Rosarito Améstica. Era Rosarito Izquierdo cuando nació en Quilicura, hace un secreto de años, y después fue Rosarito Villaseca en Talcahuano. Rosarito Toro en Talca y Rosarito Montalva en Valparaíso.

Desde el alcázar de popa de un barco, el rematador ofrece las damas al gentío. Las exhibe y las elogia, una por una, ¡vean señores qué talle, qué juventud, qué hermosura, qué...!

“-¿Quién da más? apura el rematador--- ¿Quién da más por esta flor incomparable?

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Es sabido cómo se rematan los puestos públicos  en los partidos políticos, al parecer salvo el panismo, los demás hacen buenos negocios subastando las postulaciones entre  los pretendientes a los buenos guesos.

Por eso, cuando le pegan al premio gordo, tiempo y manos, les faltan para recuperar lo invertido y asegurar la pitanza por el resto de su vida.

¿Veremos cambios  en las añejas costumbres en estas recientes elecciones hidalguenses  y en los renovados ayuntamientos poblanos? La esperanza muere al final.

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Los sabios de mayor

renombre

caminaron en las tinieblas

de la ignorancia;

fueron, sin embargo,

las lumbreras de su tiempo.

¿Su obra?

Dijeron unas cuantas

palabras confusas y

se quedaron, después,

  profundamente dormidos.

                                              O.Kayán.

 hidalguia@hotmail.com

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